Este 22 de mayo es el Día Internacional de la Diversidad Biológica, o Día Mundial de la Biodiversidad. Como cada año desde que se celebra, en 2001 por iniciativa de Naciones Unidas, se organizan todo tipo de eventos en gran cantidad de países, como puede verse en la página web de la Convención sobre Diversidad Biológica (CBD) de la ONU.
La biodiversidad nos puede sonar a algo extraño y ajeno a nuestro día a día, pero es todo lo contrario, de ahí que Naciones Unidas le dedique un Día Mundial. La enorme variedad de especies que habitan en el planeta es la base del desarrollo sostenible de la población en todos los sectores económicos. Gracias a la biodiversidad tenemos alimentos, ropa, materiales, medicamentos, agua de calidad, etc. Lamentablemente, este preciado tesoro está en peligro: los expertos en conservación de la naturaleza subrayan que la pérdida de biodiversidad se ha acelerado en las últimas décadas, debido a varias amenazas provocadas por los seres humanos, como la destrucción de los hábitats, el uso insostenible de los recursos naturales, el cambio climático o la contaminación.
Cada año se elige un tema para darle énfasis a algún aspecto concreto o relacionado con la biodiversidad: Este 2017 es el Día de la Diversidad biológica y el turismo sostenible. Como ya comentamos en otro artículo de Hablando en Vidrio, estamos en el Año Internacional del Turismo Sostenible para el Desarrollo. Los responsables de la ONU explican que la diversidad de especies, ecosistemas y paisajes atrae al turismo y fomenta el crecimiento económico. A su vez, un sector turístico bien gestionado contribuye de manera significativa a proteger la flora y la fauna, incluso a aumentar las poblaciones de determinadas especies claves, además de concienciar acerca del valor de la biodiversidad a través de los ingresos que genera el turismo.
¿Y qué podemos hacer para proteger y recuperar la biodiversidad todo el año, y no solo en este Día Mundial?
Se trata de una tarea que nos concierne a todos, gobiernos, empresas, instituciones y por supuesto los ciudadanos:
- Trabajar más para lograr las Metas de Aichi para la Diversidad Biológica: El Plan Estratégico para la Diversidad Biológica 2011-2020 del CBD se fija dicho periodo temporal para que los países protejan la biodiversidad de acuerdo a 20 metas globales, denominadas Metas de Aichi. Entre ellas destaca lograr para 2020 el objetivo de reducir por lo menos a la mitad y, donde resulte factible, hasta un valor cercano a cero, el ritmo de pérdida de todos los hábitats naturales; eliminar los incentivos perjudiciales para la diversidad biológica; o convertir en espacios protegidos al menos el 17 por ciento de las zonas terrestres y de aguas continentales y el 10 por ciento de las zonas marinas y costeras. En la Evaluación que se realizó a mitad de periodo, la “Perspectiva Mundial sobre la Diversidad Biológica (PMDB-4)”, sus responsables reconocían ya que no se podrán cumplir, y por tanto, alentaban a los países a hacer mayores esfuerzos.
- Asumir las tres erres del ciudadano sostenible: Nuestros hábitos diarios tienen más impacto de lo que pensamos en la naturaleza. Consumir lo estrictamente necesario, sin derrochar (Reducir), alargar la vida de los productos al máximo (Reutilizar) y llevar los residuos al contenedor adecuado (Reciclar) son esenciales para cuidar la biodiversidad.
- Apoyar iniciativas conservacionistas y denunciar posibles actividades que pongan en peligro especies amenazadas: El trabajo de organismos, instituciones u ONG que trabajan en labores de estudio y conservación de la naturaleza es también clave, al igual que hacer frente a todas las prácticas ilegales que se realizan en el mundo, como el contrabando de especies amenazadas. Los ciudadanos también podemos apoyar la labor de estos colectivos.
