Llevamos un mes pedaleando junto a Inka y Fabian, los dos jóvenes embajadores de la ONU que viajaron desde Nueva Zelanda a Europa para demostrar al mundo que es posible desplazarse de una forma mucho más respetuosa con el medioambiente. Comenzaron su trayecto en Portugal y tras su paso por España han llegado a la vecina nación francesa. Al igual que nos dejaron sus impresiones sobre nuestro país, ahora nos relatan los aspectos que más les han impactado de su travesía por el país galo y las iniciativas más destacadas que se han emprendido en París después de haber acogido la famosa COP21.
Francia, Bélgica y los Países Bajos nos impresionaron. Francia es un país donde los supermercados no tienen permitido tirar la comida que no llegan a vender. Por su parte en Bélgica tienen un 100% en tasa de reciclaje y en los Países Bajos, que es la capital de los ciclistas en el mundo, un 99% de la población utiliza la bicicleta.
Como ciclistas tendemos a evitar el uso de vidrio ya que genera mucho peso. Pero últimamente las cosas han cambiado y al encontrar miel de buena calidad en envase de vidrio no nos pudimos resistir a comprarla, lo mismo pasa con la mantequilla de maní en los Países Bajos.
El hecho es que poco a poco hemos acumulado un poco de vidrio en nuestras mochilas y tuvimos la oportunidad de utilizar los contenedores y reciclar el vidrio. Además, en algunas ocasiones lo hemos hecho con algo de fuerza para escuchar el sonido del vidrio al romperse en el contenedor.
Hablamos con Charlotte Christofari que es la consejera del alcalde de París. Al ser el epicentro del famoso Acuerdo de París, esta ciudad se esfuerza por ser un ejemplo para otras ciudades y muestra cómo se utilizan energías renovables, innovación medioambiental y está haciendo todo lo posible para reducir su impacto en el clima.
Actualmente están restructurando sus planes y los están haciendo más ambiciosos. Ejemplos que vimos en Paris son la calidad del transporte público y la efectividad que tienen en servicios de alquiler de bicicletas y motos.
Además de nuestra experiencia en Paris, descubrimos los problemas con la producción de vino en Francia y su impacto en el cambio climático. Ya que los viñedos requieren un clima específico para producir un buen vino y el cambio climático ha obligado a muchos agricultores a vendimiar antes o a trasladarse al norte.
Un ejemplo destacable es que el vino se produce cada vez más en países del norte como Inglaterra, ya que por el cambio climático es la opción que tienen. Si te gusta un buen vino francés, es probable que por el cambio climático y una región del sur de Francia con mayor calor haga que se pierda la elegancia y aspectos concretos del vino se pierdan en la calidad del vino más famoso de esa región.
Como vemos, el cambio climático puede tener un efecto irreversible sobre el paisaje, pero también sobre las actividades humanas que se practican en el medio que habitamos. Inka y Fabian durante su viaje se han reunido con distintas autoridades públicas y han asistido a foros y encuentros, con lo que han podido recabar la suficiente información como para confirmar que éste es un fenómeno global que nos afecta a todos. Su viaje, sin embargo, aún no ha terminado y estaremos atentos a las sorpresas que les deparan todavía las siguientes etapas.
