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2020, un mal año para el desarrollo urbano sostenible

Fue en octubre de 2016 cuando se celebró la tercera edición de la gran conferencia HABITAT (solo se convoca cada 20 años) de Naciones Unidas. En ella, y con la presencia de prácticamente todos los países del mundo y miembros de cientos de ciudades, se aprobó el documento llamado Nueva Agenda Urbana, que serviría para dirigir la planificación de las ciudades a nivel global para los próximos 20 años, o al menos hasta 2030. El mundo acaba de dejar atrás la crisis que arrancó en 2009 y la prosperidad económica, más bien que mal, nos iba empujando hacia el futuro.

conferencia habitat 2016 desarrollo urbano

Conferencia Habitat III (2016)

Imagen vía: Ministerio de transportes, movilidad y agenda urbana

Las ciudades comenzaban a ver en esta Nueva Agenda Urbana (NAU) una herramienta muy útil para diseñar (o rediseñar) sus ciudades y convertirlas en espacios urbanos más sostenibles y habitables, adaptados a los efectos del cambio climático y más inclusivos socialmente.

La Unión Europea diseñó su propia Agenda Urbana y muchos países, entre ellos España, presentaron sus propias agendas nacionales. Las urbes se estaban sumando a la creciente tendencia generalizada de “hacer las cosas de otro modo” para encaminarnos hacia el desarrollo de ciudades verdes. Pero todo esto ha cambiado radicalmente en los últimos nueve meses.

Cuatro años después, Naciones Unidas ha aprovechado el llamado “octubre urbano” (en este mes se celebran varios días mundiales e internacionales como el del Hábitat, de las Metrópolis o de las Ciudades) para presentar su nuevo “informe Ciudades”, un documento clave cuya última edición se publicó, precisamente, en 2016. La autoría del informe pertenece a la división de Naciones Unidas para los asentamientos humanos, ONU Habitat, y ha sido coordinado, entre otros, por Eduardo Moreno, uno de los mayores expertos en el mundo urbano que trabajan en este organismo multilateral.

Un paso atrás en el desarrollo urbano de las ciudades sostenibles

La naturaleza pandémica y global de la crisis sanitaria de la Covid-19 no ha dejado ningún rincón del Planeta sin infectar. Por sus particulares características, y por albergar a más de la mitad de la población mundial, las ciudades están sufriendo especialmente esta crisis. Actualmente, 4.400 millones de personas viven en ciudades, de un total de los aproximadamente 8.000 millones que habitamos el Planeta.

Se calcula que esta cifra de urbanitas aumente hasta los 5.200 millones en 2030Asia, con 2.360 millones de personas viviendo en sus ciudades, es con diferencia el continente más urbanizado. Resulta especialmente llamativo el incremento constante en las ciudades africanas donde, a pesar de ser el continente menos urbanizado, los residentes en ciudades ya alcanzan los 590 millones (un 48,5% de su población total).

desarrollo urbano en japón

Japón. Imagen de Sofia Terzoni en Pixabay 

El 95% de los casos de coronavirus se están produciendo en entornos urbanos, nada extraño dado que son los espacios donde las densidades de población son mayores.

Los expertos de ONU Habitat calculan que en estos nueve últimos meses, desde que la Covid-19 comenzó a expandirse por el mundo, ha habido un importante retroceso en el desarrollo sostenible de las ciudades, especialmente debido al incremento de la desigualdad social en aquellas zonas urbanas más informales (slums, cinturones de pobreza, barrios marginales, etc.) de los países en vías de desarrollo.

El último dato actualizado de ONU Habitat sobre el número de personas que vive en slums es de 2018 y suma un total de 1.033 millones de personas, lo que significa cerca del 25% de la población urbana mundial, la mayoría en Asia (casi 600 millones) y América Latina y el Caribe (114 millones).

En estos nueve meses de pandemia, se calcula que esta cifra se podría haber duplicado hasta alcanzar cerca de los 2.000 millones de personas que, directa o indirectamente, han podido ver afectada su calidad de vida por la crisis sanitaria, los confinamientos, la pérdida de empleo o la falta de accesos básicos a sistemas de salud, alimentos, vivienda, educación, etc.

Además, la pandemia ha golpeado con más fuerza en los espacios urbanos informales, debido a la existencia de infraviviendas (imposibilidad de realizar un confinamiento/asilamiento en condiciones), la baja cobertura sanitaria y la alta dependencia de la economía informal con trabajos precarios e ingresos irregulares (personas que viven “al día” y sin ningún tipo de cobertura social).

barrio de chabolas o slums

Imagen de vleyva en Pixabay 

ODS 11 y su importancia en el desarrollo urbano sostenible

No hay que olvidar que las ciudades generan el 80% del PIB Mundial y que por tanto su paralización social y económica afecta a su desarrollo y al conjunto de las economías nacionales. El informe 2020 de ONU Habitat ya ha detectado cientos de proyectos de planificación y mejora urbana que han sido paralizados, cuando no anulados, debido a la pandemia de la Covid-19 y a la necesidad urgente de desviar fondos y recursos para luchar contra ella.

Estos proyectos ahora parados afectan especialmente a la mejora de los sistemas de transporte público y de abastecimiento de agua, a la erradicación de la pobreza en los slums y al desarrollo de viviendas nuevas. Se calcula que los ingresos de las ciudades caigan entre el 15% y el 25% durante el año 2021, lo que supondrá un freno muy considerable al desarrollo urbano.

En este sentido, el informe de Naciones Unidas advierte de que la recuperación de las ciudades ha de basarse, ahora más que nunca, en los criterios de la economía verde, procurando valor añadido a la regeneración urbana, apostando por nuevos conceptos de ciudad menos desigual y ambientalmente más saludable y coherente con el uso de su territorio y de los recursos, y aumentando su resiliencia frente a futuras crisis, como la del cambio climático.

desarrollo urbano sostenible - ciudades verde

Haikou, China

Imagen de David Mark en Pixabay

Con todo ello, el panorama que traslada el informe no es muy optimista, aunque esta percepción no solo afecta al mundo de las ciudades. Los expertos calculan que debido a la pandemia será ahora más difícil alcanzar los 17 ODS para el año 2030.

Más aún si hablamos del Objetivo 11 de los Objetivos de Desarrollo Sostenible que plantea “lograr que las ciudades y los asentamientos humanos sean inclusivos, seguros, resilientes y sostenibles”. De la consecución de este objetivo depende la consecución de las metas de otros muchos ODS.

Sin embargo, este documento también nos deja un rayo de esperanza al incidir en que la pandemia ha servido para visibilizar la vulnerabilidad de muchas ciudades, sus desigualdades y la falta de oportunidades que ofrecen a sus habitantes, especialmente cuando son de colectivos como niños, mujeres o migrantes.  Es entonces el momento de “aprovechar” (o mejor, de sacar lecciones) de esta crisis para repensar por completo cómo son nuestras ciudades y qué queremos de ellas.

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