La ciudad de Alamogordo en Nuevo México está rodeada de un buen puñado de historias peculiares: es el lugar donde está enterrado Ham, el primer chimpancé en volar al espacio exterior, y donde el Coronel John P. Stapp consiguió el título de “el hombre más rápido de la Tierra” al superar la barrera de los 1.000 kilómetros hora. Por si fuera poco, a escasos 100 kilómetros de Alamogordo se encuentra Roswell, la “meca” del fenómeno OVNI.
Por eso, casi ni llama la atención que uno de sus principales atractivos turísticos sea su antiguo vertedero. El lugar donde la mítica empresa de videojuegos Atari enterró todas las copias del considerado peor videojuego de la historia: ET el extraterrestre.
“Nos tomamos en serio la diversión” Auge y caída de Atari
El nombre Atari es bien conocido casi para cualquier persona que haya pasado parte de su infancia en los 1980. Fundada en 1972 por los ingenieros Nolan Bushnell y Ted Dabney, Atari puede sin lugar a dudas ocupar el lugar de “madre fundadora” de la industria del videojuego y las videoconsolas.
Su videojuego Pong, una rudimentaria versión del tenis de mesa, supuso toda una revolución a principios de los 70. Por primera vez podías interactuar con tu propia televisión y jugar a videojuegos desde el sofá de tu casa. De hecho, Atari fue una de las primeras empresas de Silicon Valley que trabajaba para los consumidores finales, un camino que continuaron brillantemente otras grandes tecnológicas como Microsoft, Apple o Google.
La videoconsola Atari 2600, la revolución de los videojuegos en casa (vía youtube).
En 1977 la compañía lanza su mayor éxito comercial, la videoconsola de cartuchos Atari 2600, que vendería millones de unidades en todo el mundo. Cada juego venía en un cartucho que se “enchufaba” a la consola de forma que con el mismo dispositivo podías jugar a varios juegos. Este modelo de cartuchos lo utilizarían posteriormente otras empresas del sector del entretenimiento como MSX, Nintendo, Sega o Sony para sus propios modelos.
Todo iba bien en casa Atari hasta 1982, año en el que Steven Spielberg estrena “ET el Extraterrestre” que se convierte automáticamente en la película más taquillera del momento, superando incluso a “La Guerra de las Galaxias”. Atari, tras el éxito de su adaptación de Indiana Jones a videoconsola, compra los derechos para producir un juego de la película pero con una importante restricción: el cartucho tiene que estar listo para la campaña de navidad. Los ingenieros de Atari, con el talentoso Howard Scott Warshaw a la cabeza, asumen un reto imposible: construir el juego en mes y medio frente a los 5 meses habituales.
Howard S. Warshaw y Steven Spielberg sin saber todavía lo que les esperaba (vía BBC)
El juego fue un gran éxito de ventas en las navidades de 1982 pero el abismo entre las expectativas de los jugadores y la calidad del cartucho era enorme. Las críticas llueven sobre Atari: dificultad endiablada, jugabilidad horrible o fallos graves de diseño. Y las devoluciones se disparan hasta el punto de que el juego del entrañable extraterrestre pase a ser considerado “el peor videojuego de la historia”.
Esa y otras malas decisiones provocan que Atari empiece a registrar abultadas pérdidas que provocan que su plantilla pase de 10.000 a 2.000 personas en poco tiempo. Durante los años posteriores circula la leyenda urbana de que Atari había enterrado, en un ataque de vergüenza, los cartuchos del fatídico juego en el vertedero de Alamogordo.
Arqueología retro: la excavación del peor videojuego de la historia
Saltamos tres décadas para conocer a Joe Lewandoski, el gurú de los residuos de Alamogordo, probablemente la persona que más sabe de esta historia. Junto con un grupo de aficionados a los videojuegos entre los que se encuentran el propio diseñador del juego Howard S. Warshaw o el escritor Ernest Cline, conocido por su libro “Ready Player One” llevado a la pantalla, la historia se repite, por Steven Spielberg, se proponen excavar el vertedero de Alamogordo y comprobar sobre el terreno si la leyenda es cierta o no.
Como en aquella época los controles de vertido eran casi inexistentes resulta difícil ubicar con exactitud el lugar donde pueden estar enterrados los cartuchos. Lewandoski se apoya en algunas noticias publicadas en el diario local con fecha de septiembre de 1983, delimita la zona del vertedero donde buscar y trata de conseguir las licencias administrativas necesarias para excavar el vertedero.
Imágenes de la excavación de Alamogordo (vía Wikipedia)
El 24 de abril de 2014, tres años después de iniciar el proyecto y ya con el visto bueno de las autoridades, empieza la excavación y se convierte en todo un fenómeno mediático: miles de aficionados a los videojuegos se desplazan a Alamogordo para seguir a pie de obra el proceso. Hay colas para entrar en el vertedero, nadie quiere perderse la búsqueda del tesoro escondido pero todos comparten una duda, ¿será solo una leyenda urbana?
Finalmente, a 8,5 metros de profundidad, en el sitio exacto que Lewandoski había calculado pacientemente, aparece el primer cartucho del videojuego de ET ¡Y está en buen estado! La emoción del público, con Warshaw a la cabeza, es indescriptible. La leyenda se hace realidad.
Algunos cartuchos encontrados en la excavación (vía Ars Technica)
En días posteriores empiezan a ver la luz miles de cartuchos de videojuegos de Atari. No solo de ET, si no de otros videojuegos de la compañía que no tuvieron el éxito esperado. El entierro del 1983, ahora lo sabemos, no fue para ocultar un juego que provocaba vergüenza, el vertedero fue una alternativa rápida y barata para que una empresa en crisis como Atari se librara de sus almacenes.
ET no mató a Atari pero el entierro de Alamogordo simbolizó el fin de la época dorada de una compañía imprescindible para entender fenómenos de gran éxito actuales como los e-sports.
Si quieres saber más de esta fascinante historia, te recomiendo que veas el documental “Atari: Game Over” que está disponible en Youtube y si eres fan de los videojuegos, ¡nos encantaría que nos dejaras tu opinión!
