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La arena de la playa, cómo protegerla

La arena de la playa: cómo protegerla

Con el verano cada vez más cerca, toca tiempo de playa y de arena. Es posible que, visitando el mismo lugar, hayas observado que la presencia de arena puede variar mucho de una temporada a otra, con el impacto ambiental y económico que esto supone. Pero, ¿por qué sucede esto? ¿se puede evitar? En las próximas líneas te explicamos el porqué y cómo conservar esa arena tan valiosa desde diferentes puntos de vista.

¿Cómo aparecen las playas?

Si echamos un ojo al litoral español, lo podríamos clasificar, a golpe de vista, en litorales rocosos y arenosos. En los litorales rocosos (básicamente donde hay rocas), el batir de las olas provoca procesos de erosión contra la línea de costa, también denominados procesos destructivos, mientras que en los litorales arenosos predominan procesos de carácter sedimentario, también denominados procesos constructivos, donde la arena se acumula. Fruto de este proceso se acaban formando playas. 

En líneas generales, la arena se acumula en las playas durante la época cálida del año cuando no se registran grandes temporales. En cambio, es en invierno, con fuertes vientos y tormentas, cuando parte de la arena acumulada durante la temporada estival retorna al mar y la playa, consecuentemente, retrocede. Dependiendo de las corrientes y de la dirección del oleaje, las acumulaciones de arena depositada pueden crecer o decrecer, creando grandes arenales o borrándolos del mapa. 

Así, grandes acumulaciones de arena crean sistemas dunares que se extienden tierra adentro y que tienen una gran importancia ecológica. En este video puedes ver cómo se forma un duna.

“La dinámica dunar es el conjunto de procesos físicos y biológicos que ocurren en las dunas de arena, y está influenciada por varios factores como el viento, el clima, la topografía, la vegetación y el uso humano de la zona costera”, explica Miquel Mir, conseller de Medio Ambiente del Govern de les Illes Balears.

A pesar de todo ello, la presencia o no de arena puede variar, y mucho, de un año a otro debido a múltiples aspectos, algunos de ellos por causas naturales y otros por causas humanas, como es el caso de la construcción de un puerto deportivo o la construcción de un paseo marítimo. 

La playa y su estructura

La playa se compone por tres partes: la parte sumergida bajo el nivel del mar, el área mesolitoral cubierta alternadamente por el agua y la parte aérea que es donde nunca llegan las olas del mar.

Las olas del mar depositan la arena en el área mesolitoral y el viento se encarga de transportarla hasta tierra adentro. Ahí, al encontrarse con objetos que dificultan el paso del aire con la arena, empiezan a formar la duna. Al poco tiempo, la vegetación empieza a colonizar la cara expuesta al viento mientras que, gracias a la cara opuesta, la duna avanza gracias a pequeños desprendimientos de arena. 

La composición de esa arena es variable dependiendo del lugar donde nos encontremos. En Canarias, por ejemplo, su origen es volcánico, mientras que en Baleares, “se compone de restos de rocas en un 30 % y de restos orgánicos como corales, conchas, púas de erizo y restos pétreos de otros organismos en un 70 %”, añade Mir. 

¿Cómo proteger la arena de las playas?

Una de las formas para retener la arena y la estructura dunar es mediante vegetación. Las plantas costeras tienen un sistema de raíces extenso que ayuda a mantener la arena en su lugar, son capaces de crecer en condiciones de salinidad y vientos fuertes, lo que las hace especialmente adecuadas para el entorno costero. Además, la vegetación costera también puede contribuir a la formación de nuevas dunas de arena.

A medida que las plantas crecen, capturan arena y otras partículas transportadas por el viento, lo que ayuda a construir y estabilizar nuevas dunas. Las raíces de las plantas también ayudan a retener el agua, lo que aumenta la humedad del suelo y proporciona un ambiente adecuado para el crecimiento de otras plantas costeras.

Otro de los aliados para proteger la arena es cuidando el fondo marino, y qué mejor que la famosa posidonia. Popularmente conocida como alga, la Posidonia oceanica es realmente una planta superior que vive en los fondos marinos de las costas del Mediterráneo. Muy apreciada por la gran biodiversidad que llega albergar en su interior, tiene un papel clave en la conservación de la playa. Al morir, estas plantas llegan a la playa creando una barrera protectora que protege la arena de los grandes temporales de la época invernal. 

Otro sistema utilizado es la madera y que puede ser un gran aliado para el mantenimiento de la buena salud de las playas. Un rompeolas de madera es una estructura construida con troncos y ramas de árboles que se utiliza para proteger la costa de la erosión causada por el oleaje. También se le conoce como una barrera de madera o un dique de madera.

El rompeolas se construye colocando los troncos y ramas de árboles en posición horizontal y en ángulo hacia el mar, creando así una barrera que rompe la fuerza de las olas y reduce la erosión costera. Este tipo de estructura es especialmente útil en zonas donde la línea costera es recta y las olas llegan directamente a la playa. El rompeolas ayuda a desviar la energía de las olas y reducir su impacto en la playa, permitiendo que la arena se acumule detrás de la estructura y evitando su desplazamiento hacia el interior.

Es importante tener en cuenta que la construcción de rompeolas debe ser realizada de manera responsable y considerando el impacto en el medio ambiente. El uso excesivo de madera puede tener un impacto negativo en los ecosistemas terrestres y la biodiversidad, por lo que es importante buscar alternativas sostenibles y evaluar cuidadosamente los posibles impactos antes de llevar a cabo proyectos de protección de la costa con madera.

La gran presión turística y de usuarios de la playa hace que los sistemas dunares se vean desestabilizados por el paso mediante caminos informales a través de ellas. Además, los caballos y los vehículos 4×4 causan, de forma más intensa, la destrucción de muchas de ellas.

Algo similar sucede con el uso de maquinaria pesada en la limpieza de las playas. La consecuencia es directa: las raíces de las plantas quedan al descubierto causando la muerte de la planta y el movimiento de la arena que estaba estabilizada en la duna. 

Es tarea de todos cuidarlas, protegerlas y conocer el papel ecológico que tienen.

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