Estás en: ›› ›› El auge de la slow fashion o moda sostenible

El auge de la slow fashion o moda sostenible

Como reacción al hiperconsumismo, a las prisas por ir a la moda que cambia frenéticamente cada pocos días, a las prendas de usar y tirar, a la enorme cantidad de residuos textiles y a la contaminación derivada de esta industria fast fashion está cobrando gran fuerza el otro extremo de la balanza: el movimiento slow fashion.

Están emergiendo con ímpetu marcas que regresan a los orígenes, a la ropa de calidad, hecha con materiales nobles y confeccionada en España en condiciones de trabajo dignas. Moda ética, definen algunos. Moda sostenible, describen otros.

La producción de ropa en todo el mundo se ha duplicado desde que comenzó el siglo. En el año 2000 se fabricaban 50.000 millones de prendas, en 2015 alcanzaron las 100.000, según cálculos de la Fundación Ellen MacArthur a partir de datos del Banco Mundial.

consumo responsable de ropa

Mujeres confeccionando en Bangladesh. Vía: Clean Clothes 

Hemos pasado de consumir dos grandes colecciones al año, la de primavera/verano y la de otoño/invierno a renovar vestuario casi compulsivamente con la llegada de nuevas prendas a los escaparates cada semana. La ropa además está infrautilizada; la tiramos antes de que pase un año desde su compra.

Nuevas firmas, nuevos ejemplos de ropa sostenible

“Hacemos prendas esenciales de diseño atemporal. Son prendas bellas, que tienen valor”, explica Guadalupe Pina, creadora de Fraccional, firma de slow fashion nacida hace tan solo unos meses.

“El proceso es artesanal. Un equipo de 12 trabajadoras confeccionan las prendas en nuestro taller en el centro de Madrid. Hacemos cantidades pequeñas y limitadas, bajo unas premisas de producción totalmente opuestas a la producción en masa”, subraya esta bióloga que, tras años en la administración dedicada a la conservación marina, estudió en el IED para dar el salto a la moda, el negocio al que se han dedicado toda su vida sus padres.

ropa sostenible

Diseño de la marca de Slow Fashion «Fraccional»

 

En la misma línea hace unos días la youtuber y diseñadora Arantxa Cañadas inauguraba su tienda física Toulle Rouge en el corazón de Madrid. La filosofía de la marca pasa por fomentar el consumo responsable y practicar la slow fashion. En su canal es activista contra la explotación de los trabajadores en países en desarrollo y la irresponsabilidad medioambiental de muchas empresas de fast fashion.

Estas marcas son algunas de las recién nacidas que se unen a otras más veteranas como Bichobichejo o Ecoalf. Muchas se agrupan en The Circular Project, un espacio especializado en la difusión y comercialización de moda sostenible y ética.

“Buscamos una moda cuyos materiales al final de su vida se puedan integrar de nuevo en la naturaleza sin causarle ningún daño, que se reutilicen, reciclen y optimicen”, explican. Y proclaman su compromiso con “una producción local, el gusto por el comercio de cercanía y un inmenso amor por el planeta en el que vivimos”.

Reciclaje textil, una moda que llega para quedarse

La consecuencia más visible del actual modelo imperante de la industria de la moda es la enorme cantidad de residuos textiles que generamos. Un 7% de residuos urbanos es textil. Cada español genera 14 kilos de residuos textiles al año, según la Asociación Ibérica de Reciclaje Textil (Asirtex).

De ellos, solo el 20% se recicla, un porcentaje inferior al de la media de la UE, y lejos del objetivo del 50% fijado por el Plan Estatal Marco de Gestión de Residuos (PEMAR) para el 2020. De esta ropa reciclada, menos del 1% se usa para confeccionar nuevas prendas.

Para reconducir este exceso, a partir del 31 de diciembre de 2025 la recogida separada de textil será obligatoria. Así un nuevo contenedor para la ropa y el calzado usados se suma al de papel- cartón, materia orgánica, envases de vidrio y envases ligeros. Habrá que multiplicar estos colectores puesto que ahora solo hay el 10% de los necesarios para recuperar los residuos textiles generados.

reciclaje textil

Reciclaje. Imagen vía: Pxhere

 

No obstante, los ciudadanos solo depositamos en ellos entre 1,5-2,5 Kg de los 14 kilos que tiramos al año. Por eso, son necesarias campañas de información y concienciación que despierten a la sociedad, que contribuyan a incrementar el reciclaje textil y que promuevan un consumo responsable de ropa.

Han surgido también consultoras, como Slow Fashion Next o la Asociación de Moda Sostenible de Madrid, para asesorar a firmas y emprendedores sobre cómo enfocar su negocio textil hacia la sostenibilidad. Los festivales de consumo responsable de ropa se suceden, como el Barcelona Ethical Fashion Fest, Pure Concious (en Londres) o la Sustainable Experience en el MOMAD.

moda sostenible

Primer encuentro global de moda sostenible y ética en Barcelona.

 

Fundaciones experimentadas como Humana, dedicada a la protección del medio ambiente, reutilización de textil y moda sostenible, están viviendo un momento dorado.

La innovación en los sistemas de reciclaje textil también está experimentando un nuevo impulso. Existen empresas como la alicantina RECOVER que usa la ropa usada de los contenedores y los residuos textiles de confección como materia prima para generar nueva fibra duradera que aguanta varios ciclos más de reciclaje gracias a un ingenioso sistema que tampoco usa tintes para darles color.

Además de generar una inmensa cantidad de residuos, la industria textil es una de las que causa mayor impacto ambiental por las emisiones de CO2, se calcula que en 2015 eran equivalentes a todo el transporte marítimo y aéreo del mundo, o sea, el 2% de las emisiones de CO2 en el planeta.

Para 2050 se estima que crecerá hasta el 26%. Los tintes también son una fuente relevante de contaminación. Las aguas contaminadas por estos coloridos productos suponen el 20% de todas las aguas industriales contaminadas del mundo.

Algunas fibras sintéticas como el poliéster también son un problema medioambiental. El poliéster supone ya alrededor de la mitad del mercado total de fibras. No es biodegradable y es difícil de reciclar cuando lo mezclan con otras fibras, que es lo más habitual.

que es slow fashion - carrete de poliéster

Carrete de poliéster 

Las microfibras son un problema añadido. Estas prendas sintéticas sueltan fibras microscópicas en cada lavado. Son tan pequeñas que se saltan cualquier filtro y acaban en los océanos. En 2050 habremos vertido 22 millones de toneladas de estos plásticos en el mar.

Con este panorama reutilizar ropa, invertir en innovación y el reciclaje textil se hacen imprescindibles. Nosotros como ciudadanos podemos forzar un cambio de modelo haciendo un consumo responsable de ropa. ¿Te apuntas?

Mostrar comentarios (1)