“Soy Al Gore, solía ser el próximo Presidente de los Estados Unidos”. Así comienza “Una Verdad Incómoda” (“An inconvenient truth”), el documental que se estrenó hace ahora 10 años, en el festival de Cine Independiente de Sundance, y que ha cambiado la percepción de millones de personas sobre el cambio climático.
“Cada uno de nosotros somos causantes del cambio climático, pero también somos parte de la solución cuando tomamos decisiones sobre las cosas que compramos, los coches que conducimos o la electricidad que usamos. Podemos escoger cómo reducir nuestras emisiones individuales de gases de efecto invernadero a cero. Las soluciones están en nuestras manos, sólo hemos de tener la determinación de llevarlas a cabo. La voluntad de actuar es un recurso renovable”.

Foto vía Wikimedia Commons (cc)
El documental muestra una charla de Al Gore, ex vicepresidente de Estados Unidos durante el mandato de Bill Clinton, para educar a la ciudadanía sobre la problemática provocada por el cambio climático. A través de transparencias, imágenes, gráficos y vídeos, complementados con anécdotas de su propia vida, Gore relata cómo se fue fraguando su compromiso con el medioambiente, alerta sobre la “emergencia planetaria” a la que nos enfrentamos y llama a combatir el calentamiento global mediante acciones cotidianas como consumir responsablemente, ahorrar energía o reciclar.
“Una verdad incómoda” supuso un inmediato éxito de taquilla, su recaudación ascendió a más de 50 millones de dólares en todo el mundo, y fue galardonada con dos premios Óscar en la categoría de Mejor Documental y Mejor Canción Original.
Más allá del éxito cosechado por la crítica y la facturación en taquilla, el impacto del documental es tal que ha sido incluido en los temarios de ciencias en escuelas de todo el mundo y es considerado el gran renovador del movimiento ambientalista. De hecho, una encuesta realizada por la compañía Nielsen y la Universidad de Oxford en 47 países mostró que el 66% de los encuestados afirmaban que la película había cambiado su forma de pensar sobre el cambio climático y un 74% habían modificado sus hábitos a raíz de su visionado.
Resiliencia y compromiso ambiental de Al Gore
Se define como resiliencia a la capacidad de una persona para superar circunstancias adversas o, como se suele decir, “abrir ventanas cuando se cierra una puerta”. Es difícil imaginar que habría sido de Gore si, como apuntaban todos los escrutinios, hubiera sido Presidente de los Estados Unidos en las elecciones del año 2.000, donde fue batido “in extremis” por George W. Bush en el polémico recuento del estado de Florida.
Esta derrota hizo que Gore pusiera todos sus esfuerzos en la lucha contra el calentamiento global. Editó y adaptó una presentación que había compilado años atrás y empezó a divulgarla por Universidades, escuelas y centros cívicos por todo el país. Todo este esfuerzo de difusión y concienciación fue reconocido en 2007 con el premio Nobel de la Paz, junto con el Panel Intergubernamental del Cambio Climático (IPPC). No sabremos si habría sido un buen presidente, pero sin duda, nos topamos con un gran ‘revolvedor’ de conciencias.
Es momento en que todos despertemos que el cambio
climatico debe de ser un mandamiento universal para las proximas generaciones el cual se debe de establecer desde que inicia el niño su educacion y que los padres, profesores sean parte del cambio y nuestra cultura debe de cambiar ya menos es mas
no contaminemos nuestro planeta
Al Gore es sin duda una gran persona adelantada a su época, hubiera supuesto un serio avance para buena parte del planeta resultar elegido como presidente en el año 2000.