No es cosa mía, ¿verdad? Llega la primavera renovadora con su equinoccio, con su súper luna de gusano, con sus largas horas de luz, con el olor de las mimosas en el aire, con el despertar de la vida latente y escondida durante todo el invierno… Y nos llenamos de ilusión. Yo, al menos, me lleno de ilusión. Y más con la primavera que llevamos en lo que a acción ciudadana y toma de conciencia ambiental se refiere. Vamos de hito en hito, conteniendo la respiración.
Superluna de marzo. Imagen vía: El País
Pensemos en los acontecimientos que hemos presenciando en el mes de marzo. Aunque la primavera empezó el día 20, acarreamos una primavera psicológica prematura, como víctimas que somos de este tiempo atípico al que cada vez, desgraciadamente, nos vamos acostumbrando más.
El pasado 11 de marzo más de 4.700 jefes de estado, ministros, líderes empresariales, y representantes de la sociedad civil se reunieron en la Cuarta Asamblea de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente en Nairobi. El lema de esta edición: “Soluciones innovadoras para los desafíos ambientales y la producción y el consumo sostenibles”. Interesante que el propio motivo de la reunión aborde directamente los patrones de consumo. Parece que empezamos en buena dirección.
Esta asamblea ha sido la más multitudinaria de la historia, lo cual también representa en sí mismo un motivo para la esperanza. Como resultado del encuentro, los líderes mundiales se comprometen a promover sistemas alimentarios sostenibles mediante el fomento de prácticas agrícolas resilientes, combatir la pobreza a través de la gestión sostenible de los recursos naturales y promover el uso y el intercambio de datos ambientales y reducir significativamente los productos plásticos de un solo uso.
¿Estamos de nuevo ante una declaración de intenciones sin planes de acción ambiciosos y específicos? Espero que no. He tomado la decisión de no permitir que decaiga mi espíritu floral primaveral. Así que deposito en los allí presentes un voto de confianza, puesto que estamos con el agua al cuello.
Otro de los acontecimientos que nos han alegrado el mes de marzo – y mucho – es Change the Change, el evento de altísimo nivel que ha tenido lugar en 6 y el 8 de marzo de 2019 en Donostia – San Sebastián. De esta cumbre organizada con tino, inteligencia y visión de futuro podríamos estar hablando durante horas.
Más allá de la presencia de políticos y personalidades internacionales de altura y de la sensación de urgencia que se respira en el ambiente, me quedo, por debilidad personal y profesional, con un asunto: las mujeres fueron las grandes protagonistas del Change the Change. El punto más álgido se vivió el día de la mujer. Todas las ponentes fueron mujeres (Elena Moreno, Viceconsejera de Medio Ambiente del Gobierno Vasco, Leyla Acaroglu, Campeona de la Tierra de la ONU, Bunny McDiarmid, directora ejecutiva de Greenpeace Internacional o Sylvia Earle, oceanógrafa de National Geographic y Premio Princesa de Asturias 2018).
Change the change – Día de la Mujer
Imagen vía: changethechange.eus
Hablando de mujeres inspiradoras, y aunque no es intencionado, los Premios Ecovidrio no hacen más que premiar a mujeres admirables por su acción ambiental en los últimos 5 años ¿Será que estamos liderando el cambio? Yo creo que sí.
Greta Thunberg. Qué gran mujer. Desde que pasó por mi vida Jane Goodall creo que no admiraba tanto a alguien. Cómo comentar la actualidad ambiental de esta primavera sin hablar de ella. Con garra, decisión, valentía…Esta joven de 16 años ha agitado sus alas de mariposa para desatar un ciclón global: Fridays for Future, un movimiento mundial con su muy digna réplica en las calles de España.
Greta Thunberg. Imagen vía: Gian Ehrenzeller
Los jóvenes miran a la cara a los líderes mundiales y nacionales. Los jóvenes, esas famosas “generaciones venideras” que tanto se mencionan en algunos discursos vacíos. Pues bien, las generaciones venideras ya están aquí y no parecen dispuestas a pagar nuestros platos rotos. Nadie puede decir que no sea justa su reivindicación: ¿Qué han hecho ellos para merecernos? ¿Para merecer lo que se han encontrado? Y encima cuentan con una tremenda líder a la cabeza. Serán imparables.
El día 1 de marzo nuestros estudiantes se congregaban a las puertas del Congreso y el día 15 la huelga estudiantil para pedir medidas efectivas contra el cambio climático se secundaba en 50 ciudades españolas. En uno de los años más cargados de elecciones de la historia de la democracia, ¿habrán hecho acuse de recibo nuestros políticos de lo que vieron y oyeron allí? ¿Será la siguiente una legislatura de consenso en un tema capital para el desarrollo de nuestra sociedad como es el medioambiente y el cambio climático?
Siguiendo con este contagioso entusiasmo, yo mantengo la esperanza. Recomiendo un artículo de la revista Ethic que analiza, en un sentido más amplio, el compromiso de las propuestas electorales para con los Objetivos de Desarrollo Sostenible.
Manifestación Fridays for Future Madrid. Vía: RTVE Noticias
La Hora del Planeta, un movimiento sin precedentes
Así que la primavera la sangre (verde) altera. Por si no era suficiente con el ritmo que llevábamos, y retomando grandes iniciativas relacionadas con la acción ciudadana, cerramos el día 30 de marzo con una de mis iniciativas preferidas desde que era una pipiola: la Hora del Planeta. Los admirados compañeros de WWF, que recientemente han celebrado su 50 aniversario, gritando bien alto y superándose edición tras edición.
Esta era la edición número doce del apagón mundial y han logrado que 500 muncipios españoles y más de 200 empresas de nuestro país se unan a un movimiento sin precedentes. En Ecovidrio lo hemos apoyado apagándonos física y literalmente. Además, muchos de nuestros compañeros de la oficina se han comprometido personalmente con los retos que nos planteaba WWF. Algún carnívoro extremo ha hecho un auténtico esfuerzo por tomar conciencia de las consecuencias que tiene nuestro estilo de vida.
Evidentemente no todo son buenas noticias. De hecho, hay motivos muy serios para la preocupación: estamos sufriendo una estación extremadamente seca que pone de manifiesto el gran problema hídrico al que se enfrenta nuestro país y que sin duda se agravará. Los datos de pérdida de biodiversidad son alarmantes y algunos informes apuntan que la contaminación ambiental causa ya 790.000 muertes al año en toda Europa. Desde luego, no estamos para grandes celebraciones. Pero si algo he aprendido de Juan Carlos del Olmo, un sabio y un activista que se levanta todos los días para dar la batalla por el medioambiente contra viento y marea, es que el desánimo solo nos lleva a la inacción.
Y no nos podemos permitir la inacción ¿verdad?