Seguro que reconoces nuestro contenedor verde, también conocido como iglú, sin duda nuestra señal de identidad, donde se depositan las botellas y todo aquello que esté realizado en vidrio para reciclar.
Pero , ¿conoces la historia de nuestro contenedor verde?
Historia del contenedor verde
En los años 80 se implantan los primeros iglús en Barcelona y en Madrid capital, dando la oportunidad de una nueva vida al vidrio.
Fabricados en su mayoría con fibra de vidrio, los contenedores para reciclar el vidrio son sin duda todo un ejemplo de sostenibilidad, pues el 20% de los instalados, han sido reparados y restaurados, para que puedan seguir cumpliendo su función durante diez años más.
El icono del reciclaje de vidrio en España ha sabido adaptarse a las necesidades de los ciudadanos, quienes implicados por el bienestar del planeta tienen actualmente a su disposición iglús adaptados para personas con movilidad reducida.
Para facilitar el reciclaje de vidrio en el sector de la hostelería, hay iglús con sistemas de alzamiento, y por si fuera poco, actualmente Ecovidrio se ha servido de la tecnología para conocer la geolocalización y la productividad de cada contenedor en el día a día, todo ello gracias a la instalación de un sensor.
Miniglús y el contenedor gigante
Con el fin de acercar la concienciación del reciclaje de vidrio a los hogares de nuestro país, se crearon en 2016 los afamados miniglús. Una réplica de un iglú en tamaño mini, que se puede colocar en cualquier rincón de nuestra casa, donde podemos meter las botellas de uso diario y llevarlas de forma cómoda al contenedor real.
Los miniglús han causado sensación en España, cada cierto tiempo su diseño tiene una temática diferente, muchos de ellos con mensajes solidarios, como el dedicado al cáncer de máma, otros con mensajes reivindicativos, que animan a reciclar sin excusas, y otros modelos cuentan con personajes de dibujos animados o los alegres corazones de Agatha Ruiz de la Prada.
Hay diseños para todos los gustos, pero de lo que no hay duda es de las ganas de reciclar vidrio, pues actualmente los minuglús están presentes en más de 170.000 hogares españoles.
Para reivindicar a lo grande, Ecovidrio pensó en grande, creando en 2019 el contenedor de vidrio más grande del mundo.
Con una altura de 8 metros y capacidad para 120.000 envases de vidrio, se colocó en la famosa plaza de Callao de Madrid.
¿El mensaje?, concienciar a la sociedad de la importancia del cambio climático y la necesidad de pararlo, mostrarles que la economía circular es viable y que el reciclaje de vidrio es un paso más para obtener un planeta más limpio y un futuro viable para las siguientes generaciones.
Fue tal el éxito, que desde entonces el contenedor gigante visita diferentes ciudades de España.