A propósito del Día Mundial de la Educación Ambiental que celebramos este 26 de enero, es necesario reflexionar sobre el papel que llevamos a cabo desde asociaciones, instituciones -tanto públicas como privadas- como la ciudadanía en general.
La educación ambiental ha evolucionado mucho en los últimos años, e incluso en su terminología, pues si bien la educación ambiental tradicionalmente se remitía al concepto de servir como mecanismo para explicar los seres vivos e inertes de un ecosistema, la concepción actual nos lleva a un término mucho más amplio.
Este nuevo paradigma abarca desde la educación de hábitos por el cuidado del planeta a la explicación del cambio climático y cómo trabajar en mitigación y adaptación respecto a él.
Son muchos los colectivos, asociaciones y hasta empresas que han incorporado la educación ambiental, educación ecosocial o ecoalfabetización. Terminologías varias con diferentes matices pero que tienen que tener como común denominador el cuidado de la vida, en cualquiera de sus formas para repercutir en positivo en el ambiente, en el entorno y de todas las especies.
Por la democratización de la educación ambiental
Teachers For Future Spain (TFFS) surge ante la necesidad creciente de abordar la crisis climática pero con el objetivo claro de llevar la ecoalfabetización, que como definió Peacock (2004), sería conocer las consecuencias de nuestras acciones e inacciones en torno a la ecología (modo en que nos relacionamos con el medio ambiente) y la economía ( medio en cómo administramos nuestro medio ambiente).
En definitiva, ayudar a la comprensión de la relación de acciones para el sostenimiento de la red de vida.
Desde finales de febrero de 2019 el colectivo comienza a trabajar en diferentes iniciativas de concienciación, y acción directa. La recepción es buena por lo que se comienza a trabajar en una campaña de acción/concienciación para el curso 19/20 con el fin de incentivar el interés por la ecoalfabetización, la sostenibilidad, el despertar de la acción individual y la conciencia colectiva.
28 mil por el Clima
Este septiembre coincidiendo con el inicio del curso escolar se lanza la campaña “ 28.000 por el clima” . La campaña promueve un dossier de actividades para el curso siguiendo como hilo conductor la naturaleza, la defensa del medio ambiente y la lucha contra el cambio climático. Se llama a la participación masiva de docentes para que lleven a cabo en sus aulas dichas actividades en un afán de expansión por llegar a concienciar y actuar hasta el último rincón del país. Pues no es casualidad que se llame “28.000 por el clima” ya que son algo más de 28.000 los centros educativos que existen en España.
No se pretende con ello que los estudiantes busquen las soluciones a la crisis climática, pero sí que exista una ciudadanía crítica, agente de cambio, que sepa determinar qué problemas son acuciantes y merecen su atención y su tiempo. Y el cuidado del planeta, un planeta de cuyo estado depende nuestra calidad de vida, es un asunto importante y urgente.
Desde TFFS lanzamos materiales para la educación ambiental, para el desarrollo del espíritu crítico, para el control del consumo que nos lleva a pensar cuánta ropa compramos o cuánta tecnología innecesaria, entre otras acciones, pero también trabajamos desde la acción. Es por ello que nuestro plan de acción se desarrolla en varias líneas:
–Control del consumo y residuos:
Incluye desde el tipo de merienda que tomamos en el recreo, el envase (si es residuo o retornable) y el tipo de alimento. Esto forma parte del programa Recreos Residuo Cero que cuenta con más del millar de centros adscritos. Pero el consumo se refiere también al tipo de materiales y componentes que usamos en los centros educativos, al consumo de agua, de electricidad y otras fuentes de energía. Buscando siempre la reducción por eso el programa Ecoauditorías busca tomar conciencia sobre el tema.
– El consumo de los alimentos en los comedores escolares:
Es algo que nos atañe también, no solo por velar por una alimentación sana, sino porque potenciamos que, al menos, un día sea sin carne y con productos ecológicos, libres de químicos.
–Renaturalización:
Potenciando siempre las actividades educativas en espacios exteriores y en contacto con la naturaleza, para desarrollar la empatía con la misma y comprender que el tiempo tiene su propio devenir en las estaciones, y que la prisa y el cortoplacismo son inventos sociales.
-La movilidad:
Potenciando caminos escolares seguros, para que el desplazamiento de los escolares se pueda hacer caminando, en patinete o bicicleta, por un lugar que garantice seguridad y que a su vez potencie la descarbonización del entorno de los centros escolares.
Pero todas estas líneas de acción, y toda la concienciación debe ser generalizada para tener efecto. Debe llegar a todos los rincones, y no solo en las escuelas, porque si bien los niños y niñas son excelentes portadores de esta información, la educación a lo largo de la vida y las formas de educación no formal deben contemplar la educación ambiental para la formación integral de las personas y así, un mejor medio ambiente.
Miriam Leirós
Coordinadora de Teachers For Future Spain- Profes por el Futuro
