¿Conoces el contenedor marrón? ¿Qué hacemos con los restos de comida? En artículos anteriores hemos explicado cómo podemos hacer compost. Hoy hablamos de los residuos orgánicos y su reciclaje.
Imagen vía Pxhere (cc)
Según datos del Plan Estatal Marco de Gestión de Residuos (PEMAR 2016-2022), los residuos orgánicos o biorresiduos representan prácticamente la mitad de los producidos en una vivienda en España. Mientras que en las ciudades la fracción orgánica de residuos que generamos en casa está compuesta casi en su totalidad por restos de comida, ya sea cruda o cocinada, en las zonas rurales se generan también otros como restos de podas, ramas, hojas secas o césped.
El pasado mes de mayo la Eurocámara aprobó varias propuestas legislativas encaminadas a avanzar hacia una economía circular. En concreto, para el año 2020, se establece la obligación de reciclar el 50% de los residuos domésticos, es decir, aquellos que generamos en nuestros hogares y que consisten, por norma general, en envases de plástico, metal, vidrio, papel y cartón, residuos textiles y los desechos orgánicos o biorresiduos. Si actuamos sobre la fracción más abundante de nuestra bolsa de basura que, como hemos visto, es la orgánica, tendremos más posibilidades de cumplir con lo que nos pide Europa.
Residuos orgánicos y lucha contra el cambio climático
Obligaciones europeas aparte, hay un motivo fundamental por el que es totalmente necesario reciclar materia orgánica: tanto los restos de alimentos como los restos de poda tienen en común que se degradan o descomponen pasado un cierto tiempo debido a la acción de bacterias y otros microorganismos.
Los gases que se producen durante esta descomposición son principalmente dióxido de carbono y metano, ambos gases de efecto invernadero, causantes del calentamiento global y el cambio climático. El metano, en concreto, es un gas cuya emisión es especialmente preocupante ya que tiene un potencial de calentamiento global 21 veces superior al del dióxido de carbono.
De modo que si los residuos orgánicos que generamos en nuestros hogares no son separados y reciclados de forma apropiada, acaban siendo depositados en vertederos, donde se degradan emitiendo estos gases a la atmósfera. Según datos de la Global Methane Initiative, en la que participa la Comisión Europea, las emisiones de metano producidas en vertederos representan nada menos que el 11% del total de las emisiones mundiales provocadas por el ser humano.
Por si fuera poco, el vertido de la basura orgánica puede ocasionar problemas de contaminación de las aguas, afectando a la vida de nuestros ecosistemas. Todos estos impactos ambientales negativos demandan la toma de medidas de gestión y tratamiento específicas para la fracción orgánica, tanto a nivel europeo como estatal.
De las cáscaras de fruta al abono: cómo compostar la materia orgánica
Gran parte de las acciones que se están poniendo en marcha para alcanzar estos objetivos van encaminadas a reducir el desperdicio alimentario y a reciclar la mayor cantidad posible de los desechos orgánicos cuya generación no se puede evitar. Para reciclar la materia orgánica existen dos opciones posibles: su transformación en compost o en biogás. El compost es un tipo de abono natural que mejora la fertilidad de los suelos y aporta nutrientes a las plantas, mientras que el biogás, compuesto principalmente por metano, se utiliza principalmente para producir energía.
Al igual que las otras fracciones que generamos en casa, para que los residuos orgánicos puedan ser transformados en compost o biogás, es necesario que sean recogidos de forma separada y para ello se emplean distintas estrategias. Una de ellas consiste en instalar un compostador individual en las viviendas unifamiliares que disponen de terreno. En este recipiente se van depositando los restos de comida y del jardín para conseguir compost pasado un tiempo.
Compostaje. Imagen vía Pixabay (cc)
En las ciudades, donde la disponibilidad de espacios verdes es más limitada, una de las estrategias de recogida selectiva de orgánicos consiste en la colocación de un contenedor específico, también llamado “quinto contenedor”. Esta es la razón por la que cada vez se ven más contenedores, generalmente de color marrón, destinados a la recogida separada de desechos orgánicos en las calles de nuestras ciudades, como Madrid o Barcelona. Por último, pero no por ello menos importante, están los sistemas “puerta a puerta”, que no emplean contenedores en la calle sino bolsas o cubos específicos que se recogen según un calendario establecido.
Contenedor marrón en Miranda del Ebro. Imagen vía Wikipedia (cc).
Cataluña, Euskadi y Navarra son las Comunidades Autónomas pioneras en la implantación de la recogida selectiva de materia orgánica. A estas se han ido sumando algunas iniciativas a nivel provincial en Galicia, Castilla y León, Andalucía o Baleares. En fases más iniciales se encuentran actualmente Madrid, la Comunidad Valenciana y Canarias.
¿Y tú reciclas la materia orgánica? ¡Cuéntanos en los comentarios!
En casa llevamos años reciclando todo («casi») lo que nos permiten los distintos sistemas municipales; pero es que no se ponen de acuerdo en qué se parar, según cual sea el sistema adoptado.
De todas formas, desde que tenemos una vivienda con terreno, ya hemos participado en dos programas de reciclaje de orgánicos mediante compostador. Y sí, da un poco de trabajo, pero los beneficios morales incluso son superiores a los físicos (con la obtención de abono).
En todo caso, seguimos echando en falta algo fundamental: educación, educación, educación, …. Todavía hay mucha gente que no es consciente de los perjuicios que ocasiona no reciclar; uno se encuentra vidrio con los orgánicos u orgánicos con los plásticos, o papel en cualquiera de los demás contenedores.
buenos días mi nombre es Gabriel ochoa y tenemos 13 hectáreas sembradas en aguacate papelillo en el municipio de tarso suroeste antioqueño.con el material orgánico que sale en el municipio producimos compostage con excelentes resultados y tenemos aguacates hasta de kilo y medio.saludes