¿Qué son los gases de efecto invernadero y cómo influyen en el calentamiento global? ¿De qué hablamos cuando hablamos de transición energética? ¿Y cuándo hablamos de economía baja en carbono? En Hablando en vidrio te explicamos algunos conceptos básicos que escuchamos a diario.
Gases de efecto invernadero (GEI)
El Sol es la principal fuente de energía de la Tierra. Cerca de la mitad de la luz solar que llega al planeta es absorbida por la superficie terrestre e irradiada en forma de calor. Los gases de efecto invernadero presentes en la atmósfera “rebotan” de nuevo este calor a la superficie terrestre, calentándola hasta una temperatura de 15º. Es lo que se conoce como efecto invernadero, vital para el desarrollo de la vida en la Tierra.
Imagen de Robert A. Rohde para Wikipedia
Concentraciones de los principales gases de efecto invernadero. Vía Wikipedia
Así que los gases de efecto invernadero son necesarios, ya que sin ellos el planeta sería mucho más frío. El problema surge cuando hay una sobreconcentración de los GEI en la atmósfera: desde el inicio de la Revolución Industrial (1.750) se ha producido un incremento del 40% de GEI en la atmósfera debido a la actividad humana (emisiones antropogénicas), la mayor parte procedentes del consumo de combustibles fósiles: carbón, petróleo y gas natural. Esta saturación de gases provoca que la Tierra se caliente más de lo debido, provocando el calentamiento global.
Los principales GEI en la atmósfera terrestre son el vapor de agua (H2O), el dióxido de carbono (CO2), el metano (CH4), el óxido de nitrógeno (NOx), el ozono (O3) y el clorofluorocarbono (CFC). Si las emisiones de GEI continúan al ritmo actual, la temperatura terrestre alcanzará valores extremos en las próximas décadas. De ahí la importancia del Acuerdo de París (COP21), en el que líderes de 175 países suscribieron el compromiso de no sobrepasar la barrera de los 2ºC de aumento térmico a fin de siglo.
Central eléctrica – Foto de Stevepb vía Pixabay
Economía baja en carbono
La economía baja en carbono (LCE, low carbon economy) es un modelo económico que trata de reducir al mínimo las emisiones de gases derivadas de la actividad humana. Como ya hemos visto, reduciendo las emisiones de GEI evitamos el calentamiento global que provoca los cambios en el clima, con los efectos negativos ya sensibles sobre ecosistemas y nuestras vidas.
Este paradigma económico busca emplear tecnologías con bajas o nulas emisiones en todos los aspectos de la vida, además de reciclar correctamente los residuos producidos. Para ello, todas las sociedades intensivas en el uso de carbono deberán convertirse en sociedades de cero carbono, proceso que se conoce como descarbonización de la economía.
La economía baja en carbono es el objetivo al que empresas, ciudadanía y gobiernos deben apuntar por medio de políticas a largo plazo. La Comisión Europea, por ejemplo, plantea una hoja de ruta para la reducción de las emisiones en un 80% para 2050.
Transición Energética
Bien. Hasta aquí empezamos a tener claro que la meta a alcanzar es una economía sostenible con bajas (o nulas) emisiones de GEI y que para ello es necesario reducir al máximo el consumo de combustibles fósiles. La transición energética es la travesía desde el modelo económico actual, basado en la quema de carbono, hasta una economía baja en carbono.
Algunas medidas necesarias para lograr esta transición se basan en la optimización, como por ejemplo las relacionadas con la eficiencia energética, que tienen como ventaja principal que pueden ser aplicadas a pequeña escala: Aislar correctamente nuestra vivienda o comprar bombillas y electrodomésticos de bajo consumo son algunas de las acciones que podemos realizar para reducir las emisiones de nuestro día a día.
Pero, sin duda alguna, la clave para acelerar esta transición consiste en sustituir la energía generada por combustión por aquella generada mediante fuentes renovables como el sol, el viento o la fuerza de las mareas. Dentro del concepto energía renovable encontramos la eólica, solar, biomasa, hidroeléctrica, geotérmica o la energía oceánica. Esta paulatina sustitución del modelo energético actual por otro renovable y más sostenible es lo que se conoce como transición energética.
Fotos de Makunin y Skeeze vía Pixabay
Neutral en carbono
La neutralidad de carbono de una actividad, empresa, persona o país consiste en tener un balance neto de cero emisiones de GEI. Esto lo podemos conseguir de dos maneras, o bien reducimos a cero las emisiones de nuestra vida diaria, cosa francamente difícil en la actualidad, o bien compensamos las emisiones que provocamos.
Hay varias formas de compensar las emisiones. Generar energía renovable en cantidad similar a la consumida mediante la combustión de combustibles fósiles es una de ellas. Otra posibilidad es acudir al mercado de derechos de emisión y pagar por el exceso de carbono consumido, o financiar proyectos de reforestación, ya que los bosques, junto con los océanos, son los principales sumideros que absorben el carbono de la atmósfera.