De 94 ejemplares en 2002 a 894 en 2019. El censo de linces ibéricos en la Península Ibérica muestra la recuperación de esta especie. De ser considerado el felino más amenazado del mundo, a convertirse en uno de los pocos casos mundiales de éxito de recuperación de una especie en peligro crítico de extinción. En este post explicamos los principales datos, cómo se ha conseguido, y cómo podemos ayudar más al lince.
La mejora del lince ibérico en datos
En 2002 solo había 94 ejemplares de lince ibérico (Lynx pardinus) censados, localizados en Andújar y Doñana. “Si hubiera ocurrido un incendio hubiera desaparecido la especie”, asegura Ramón Pérez de Ayala, experto en esta especie de WWF. Por ello, se encontraba catalogado como “en peligro crítico de extinción” en la Lista Roja de especies amenazadas de la Unión Internacional de Conservación de la Naturaleza (UICN), la referencia internacional en conservación de la biodiversidad. Era el felino más amenazado del planeta.
“La UICN visitó Andalucía porque creía que se extinguía y que no éramos capaces de sacarlo adelante”, recuerda Miguel Ángel Simón, el biólogo que puso en marcha en aquella época el programa Life+Iberlince para salvar a la especie. Una misión que parecía imposible se ha convertido en uno de los pocos casos de éxito a nivel mundial de recuperar una especie de su extinción. Según los datos más recientes del censo de este felino, esta cifra ha pasado a 894 en 2019. Se ha multiplicado casi por diez.
En concreto, se han contabilizado 583 ejemplares adultos en libertad (476 en suelo español y 107 en territorio portugués), más 311 cachorros nacidos a lo largo de 2019. Su localización también se ha ampliado. Si bien el 70% de los que viven en España se encuentran en Andalucía (Andújar-Cardeña, Guarrizas en Granada, Doñana-Aljarafe y Guadalmellato en Córdoba), Castilla-La Mancha con 84 linces (17,7%) y Extremadura, con 58 (12,2%), también forman parte del hogar de estos mamíferos. A algunos de estos linces y sus cachorros podemos verlos gracias a la web de WWF “Territorio Lince”.
Los pasos para su recuperación van en buen camino, aseguran sus defensores. “Si ahora estamos en torno a mil ejemplares, esta cifra se podría duplicar en los próximos cinco años y llegar así a los 2.000”, vaticina Pérez de Ayala. No obstante, como subraya este experto, “para la estrategia de conservación lo más importante es el número de hembras reproductoras”.
La UICN, que en 2012 revisó el estatus del lince y lo rebajó a la categoría de “En peligro”, considera un mínimo de 125 hembras reproductoras durante al menos cinco años consecutivos para volver a rebajar su estatus, esta vez a la categoría de “Vulnerable”. En la actualidad, se contabilizan 188 hembras en territorio hispano-luso.
Claves de la recuperación del lince
Los expertos consultados señalan las claves que explican la recuperación del lince ibérico. Según Simón, el trabajo “sistemático” que se ha hecho ha sido esencial, “pero sobre todo el apoyo recibido”. En este sentido, este biólogo pensó desde el principio que era “muy importante que hubiera un respaldo masivo de todos los implicados. Para ello, lo más indicado eran los proyectos Life de Bruselas, que permiten tener socios obligados a poner dinero”.
De esta manera, el responsable del proyecto Iberlince logró el respaldo de 22 socios de administraciones, empresas, cazadores, poblaciones locales, ONG, así como propietarios de las fincas. “Su colaboración fue básica, ya que en su mayoría los linces estaban en fincas privadas”, apostilla el experto.
Pérez de Ayala considera también esencial el Programa Life+Iberlince, y resalta el “gran esfuerzo” realizado por parte de muchas entidades, así como el “buen trabajo técnico de campo”. Según el experto de WWF, “conseguir los proyectos europeos es una competición muy dura entre los mejores”.
En la actualidad, el proyecto Life ha sido renovado y comenzó en septiembre su nueva andadura. Denominado Lynxconnect, su duración prevista es de cinco años, ha sido liderado por la Consejería de Agricultura de la Junta de Andalucía, y cuenta con un presupuesto de 18.754.029 euros, en el que la Unión Europea (UE) contribuye con el 60,67% del total de gastos elegibles.
Cómo podemos ayudar más al lince ibérico
Miguel Angel Simón se jubiló cuando terminó el anterior proyecto Life+Iberlince, pero antes de ello estableció la estrategia del nuevo programa Lynxconnect, que pasa por dos cuestiones fundamentales:
1) Lograr la conexión fluida entre los diferentes núcleos poblaciones de linces de España y Portugal, sobre todo por intercambio genético.
2) Disminuir las causas de muerte, sobre todo atropellos.
“Una vez que se consigan estos objetivos, se puede dejar a la especie en mejores condiciones para no estar tan preocupados”, asegura el biólogo. El nuevo proyecto Life tiene una duración de 5 años, aunque como explica Simón, “probablemente durará algo más por los trámites administrativos. En 6-7 años se deben conseguir los dos objetivos”.
Ramón Pérez de Ayala apela a la responsabilidad ciudadana e institucional: “Debemos extremar las precauciones cuando se circula por las zonas con presencia de la especie. Aunque están señalizadas, tenemos problemas grandes de atropellos”. En este sentido, el experto de WWF considera que las entidades de fomento deberían hacer un mayor esfuerzo para evitar estos atropellos, y para “reverdecer” las infraestructuras y que no sean tan nocivas para el lince ibérico ni para el resto de especies. “En los mismos sitios atropellan a un montón de especies, son puntos negros para la biodiversidad”, asegura Pérez de Ayala. Por ello, como concluye, “lo que ayuda al lince ayuda al resto de las especies”.