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El auge del vehículo eléctrico

Una medida que fomenta el auge del vehículo eléctrico.

El pasado mes de junio el Parlamento Europeo apoyaba la propuesta de la Comisión Europea para prohibir la fabricación de coches y furgonetas con motores de combustión a partir de 2035. Desde esa fecha, todos los vehículos ligeros nuevos deberán ser eléctricos o de hidrógeno. No exenta de polémica, la medida está íntimamente relacionada con el Pacto Verde europeo (Green Deal), cuyo objetivo es hacer de Europa el primer continente climáticamente neutro para el año 2050

Hasta el momento, la mayor parte de los vehículos utilizan un motor de combustión interna que “quema” gasolina o diesel, ambos derivados del petróleo, transformando esa energía en movimiento. Un resultado no deseado de este proceso de combustión es la emisión de gases de efecto invernadero que, como ya sabemos, son los principales causantes del calentamiento global. Solo en Europa, el transporte por carretera es responsable de aproximadamente una quinta parte de las emisiones y, dentro del transporte por carretera, los coches son la principal fuente de contaminación.  

 

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En cambio, los vehículos eléctricos se propulsan usando motores alimentados por una fuente de energía eléctrica, frecuentemente baterías de iones de litio que almacenan la energía como si fuera el depósito del coche. Estas baterías se cargan enchufando el vehículo a una toma de corriente o mediante un sistema de regeneración. 

Es importante destacar que cuando hablamos de las emisiones de gases de efecto invernadero que produce un coche no debemos limitarnos a las generadas durante su uso sino a las relacionadas con la fabricación y el tratamiento del vehículo una vez que está fuera de uso. En este sentido, es importante indicar que, en la actualidad, la producción y gestión del automóvil eléctrico es ambientalmente peor que la del vehículo de combustión. Además, el nivel de emisiones durante su vida útil dependerá de cómo se produzca la electricidad con la que lo cargamos. 

No obstante, todo parece indicar que el futuro será eléctrico. De los 32 millones de vehículos que forman el parque móvil nacional todavía una pequeña parte (2,7%) son vehículos híbridos y eléctricos y las matriculaciones de este tipo de coches no hacen más que aumentar

 

¿El coche eléctrico es un invento moderno?

 

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Triciclo de Gustave Trouve (1881) uno de los primeros vehículos eléctricos comercializados. Imagen vía wikipedia.

 

Curiosamente no. Los vehículos eléctricos aparecieron mucho antes que los de combustión. En 1800 el científico italiano Alessandro Volta inventó la pila, precursora de las baterías actuales. A partir de la popularización de este invento, empiezan a surgir aplicaciones prácticas. Tanto es así que entre los años 1828 y 1839 diversos inventores europeos desarrollaron las primeras versiones de motores eléctricos y pequeños vehículos propulsados. 

La llegada del sistema de arranque eléctrico y la producción en cadena de montaje inventada por Henry Ford a principios del siglo veinte supone el comienzo del declive de la fabricación del coche eléctrico. En la década de los 30 el vehículo eléctrico queda reducido a aplicaciones industriales concretas como montacargas, carretillas o toros elevadores.  

 

¿Cómo funciona un coche eléctrico?

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Imagen del Alternative Fuels Data Center (Gobierno de Estados Unidos).

 

El elemento principal es el motor eléctrico, encargado de transformar la energía eléctrica en energía mecánica que provoca el desplazamiento del coche. Los coches eléctricos pueden tener uno o varios motores. 

Sistema de frenado regenerativo, sistema que recupera la energía perdida al frenar el vehículo y la utiliza para cargar las baterías. 

El cargador recibe la electricidad de la toma de alimentación y la adapta en forma de corriente contínua para que pueda almacenarse en la batería. 

El conversor transforma la corriente contínua a corriente alterna que es la que utilizará el motor y el sistema eléctrico interno del vehículo: iluminación interna y externa, ordenador de a bordo, equipo de música, etc. 

El controlador es el “director de la orquesta eléctrica”, gestiona, recibe y envía la corriente eléctrica a los distintos componentes (motor, batería, luces, etc.) según las necesidades del momento.  

La batería almacena la electricidad necesaria para que el vehículo funcione. Es el equivalente al depósito de combustible clásico, cuanta mayor sea la capacidad de la batería mayor será la autonomía, esto es, el número de kilómetros recorridos sin necesidad de recargar. Las baterías utilizadas suelen ser de ion litio porque son capaces de almacenar más energía en menor espacio. 

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Foto de CHUTTERSNAP en Unsplash

 

¿Cuáles son las ventajas y los inconvenientes del coche eléctrico?

 

Foto de Michael Marais en Unsplash

 

Algunos de los inconvenientes son: 

  • Precio de compra alto: la producción de estos vehículos eléctricos, aunque cada vez más populares, no es tan masiva como la de sus hermanos de combustión. De esta forma, estos vehículos suelen tener un precio más elevado que los de gasolina o diésel.
  • Menor autonomía: aunque las baterías eléctricas han mejorado mucho, la mayoría de estos vehículos no tienen tanta autonomía como los vehículos convencionales. 
  • Complejo acceso a la carga: la red de cargadores en ciudad y carretera es limitada por el momento, lo que hace necesario disponer de una plaza de garaje con punto de recarga. 
  • Tiempos de carga altos: que pueden oscilar entre 30 minutos, 6-8 horas en un wallbox o más de 10 horas en un enchufe doméstico convencional. 
  • Mayor impacto ambiental en la fase de fabricación y disposición final. 

 

Dentro de las ventajas del coche eléctrico destacan:

  • Menor contaminación ambiental: no hay ningún proceso de combustión por lo que no hay emisión de gases contaminantes. 
  • Menor contaminación acústica: el motor eléctrico es silencioso frente a los motores de combustión.  
  • Mantenimiento más sencillo: tiene menos componentes mecánicos. 
  • Coste por kilómetro reducido: es mucho más barata la recarga eléctrica que el litro de combustible. 
  • Otras ventajas: como la posibilidad de circular por ciudades que tengan protocolos anti contaminación, exención del impuesto de matriculación y reducción de los impuestos de circulación en algunas ciudades. 

 

El precio de compra, la autonomía de las baterías y el tratamiento final son los retos a los que se enfrenta la industria automovilística los próximos años. Independientemente de esto, nadie duda de que los vehículos eléctricos serán mayoritarios en nuestras ciudades y carreteras durante los próximos años, lo que contribuirá a reducir sensiblemente las emisiones de gases de efecto invernadero. ¿Tienes un coche eléctrico? ¿Qué opinas al respecto?

Nos encantará escucharte en los comentarios.   

 

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