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Mikel González-Eguino, director del Observatorio de la Transición Energética y la Acción Climática (OTEA)

El Observatorio de la Transición Energética y la Acción Climática (OTEA) es una iniciativa creada recientemente por el BC3 (Basque Centre for Climate Change). Hablamos con su director, Mikel González-Eguino, reconocido experto en materia de energía y clima.

Mikel González-Eguino

Pregunta: El objetivo de OTEA es “aportar datos y análisis de calidad para el seguimiento de la descarbonización en España”. ¿Qué datos destacaría?

Mikel González: En OTEA queremos abordar la transición no solo desde una perspectiva tecnológica y energética, sino también su dimensión económica, social y ambiental y, por ello, tenemos más 100 indicadores que presentamos este año. Aunque los datos de 2020 son muy particulares por la crisis de la COVID-19,  podría destacar dos tendencias significativas. Una, que el carbón ha sufrido una reducción muy notable desde 2018. Y dos, que ese proceso se ha producido en el marco de unos contratos de transición justa en las comarcas afectadas.

P: ¿Por qué es importante esa perspectiva multidisciplinar?

MG: Hablamos de una transformación muy profunda, de un modelo distinto. Uno de los factores críticos que puede retrasar las soluciones no es el tecnológico, sino el social. Si las reformas que se llevan a cabo no se hacen de forma equitativa, puede retrasar o incluso paralizar muchas acciones. Lo hemos visto por ejemplo en Francia con los chalecos amarillos. El plan de recuperación económico europeo tienen que ser verde, pero también social. La gente tiene que percibir las ventajas de todos estos cambios.

P: Según datos de OTEA, las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) se redujeron un 13,6% en España en 2020. ¿Cómo se presenta 2021? 

MG: En 2021, con toda seguridad las emisiones subirán con respecto a 2020. Pero hay que fijarse en la tendencia con respecto 2019 y si vamos en la senda de los objetivos a 2030. Como ya he comentado, gracias a la caída de la producción de carbón desde 2018 las emisiones han bajado notablemente. Ahora necesitamos impulsar otras acciones en el resto de sectores. Reducir el uso de petróleo y gas no será tan rápido como con el carbón, pero ese es el reto. Si hace unos años nos contaran lo conseguido con la salida del carbón, no nos lo creeríamos y nos muestra que es posible con políticas acertadas.

gráfico de emisiones GEI en España

P: ¿Podría haber un efecto rebote para “recuperar la economía”?

MG: Una gran parte de esa caída ha sido por las restricciones a la movilidad, y lógicamente la tendencia, si no se hace nada, será volver a una senda pre-COVID. Sin embargo, la respuesta a la pandemia también ha abierto nuevas oportunidades. El teletrabajo, por ejemplo, se plantea ahora con más normalidad, o que a usemos más la bicicleta en la ciudad, entre otras cosas. Hay que dar apoyo público a estas medidas para volver a una normalidad distinta, con menos consumo energético y una mejor calidad de vida.

P: ¿En qué beneficia a la ciudadanía la descarbonización?

MG: Si no tomamos las medidas necesarias a nivel global el cambio climático pondremos en riesgo la vida y la seguridad en el planeta. Así de claro. No podemos traspasar los limites de la naturaleza. Pero es que, además, en el caso de España y de muchos países con posibilidad de usar renovables abre una oportunidad, se pueden generar nuevas empresas y empleos verdes con este cambio. No solo no tenemos otra salida, es que además la mayor parte de la ciudadanía se podría beneficiar de este cambio.

P: ¿Cómo podemos los ciudadanos conseguir esa descarbonización en nuestras vidas?

MG: Podemos hacer bastantes cosas, revisando nuestros comportamientos, pero tiene que ir acompañado de políticas públicas. Por ejemplo, la administración tiene que facilitar la instalación de las infraestructuras si queremos que la gente utilice vehículos eléctricos.

P: La Ley de Cambio Climático en España es ya una realidad. Un hito para algunos, una ley que se queda corta para otros. ¿Qué opina?

MG: Creo que es una gran noticia. Llega con retraso, comparado con otros países de nuestro entorno, como Reino Unido, que cuentan con una desde 2008, pero afortunadamente es una ley moderna y que establece el marco sobre el que poder desplegar nuevas políticas. Además, los objetivos solo se pueden revisar el alza, algo muy importante para seguir avanzando en la ambición y no dar pasos hacia atrás.

gráfico consumo de energía en España

P: La pandemia lo ha eclipsado todo, y el cambio climático no es una excepción. ¿Se puede hablar de medidas medioambientales en un contexto como el actual?

MG: No se puede, se debe. El espíritu del plan de recuperación económica y del Pacto Verde Europeo es apoyar una recuperación distinta, más verde y más social. Reducir la desigualdad y combatir el cambio climático han de estar en lo más alto de la agenda política, y de hecho podemos conseguir ambos objetivos a la vez con las políticas adecuadas. 

P: Hablando de ese Pacto Verde Europeo (Green Deal), ¿qué se está haciendo en la práctica?

MG: A diferencia de otros países que ha dado bandazos en política climática, la Unión Europea (UE) ha mantenido una posición y ha desplegado políticas concretas y, por eso, ha logrado reducir ya sus emisiones un 24% desde 1990. Ahora hay que dar un nuevo impulso y hacer las políticas más ambiciosas para lograr el nuevo objetivo de reducir las emisiones un 55% para 2030

gráfico del consumo de energías renovables en España

P: Las energías renovables se presentan como esenciales en esa transición energética. ¿Podemos producir la energía que necesitamos solo con renovables?

MG: Los estudios indican que técnica y económicamente es viable. Y, además, indican que seguramente la energía será más asequible para la ciudadanía. Ahora bien, en los sectores “duros” o de difícil descarbonización, como el del acero, el cemento, la agricultura o la aviación, va a ser más complejo. Aun así, soy optimista. En el sector eléctrico, por ejemplo, hace 10 años pocos planteaban el objetivo de alcanzar un sistema 100% renovable, y ahora gobiernos de todo el mundo lo plantean abiertamente. Por ejemplo, Estados Unidos (EEUU) se lo plantea ahora para 2035

P: El sector del transporte es uno de los grandes responsables de las emisiones de GEI. ¿Los vehículos eléctricos son la solución o hacen falta medidas más profundas?

MG: Los vehículos eléctricos son una parte de la solución, pero necesitamos un cambio más profundo en el modelo de movilidad, que incluye lógicamente un mayor uso del transporte público, más caminar, más bicicleta y una nueva ordenación urbana que facilite el proceso.

gráfico del parque de vehículos eléctricos en España

P: ¿Cómo va la descarbonización a nivel mundial?

MG: Vamos muy tarde, los países tienen que acelerar. Necesitamos reducir las emisiones entre un 25% y un 45% en 2030 respecto a 2010 para estar en la senda del Acuerdo de París, y con los planes presentados en diciembre de 2020 por los países en la ONU tan solo conseguiríamos estabilizar las emisiones en esa fecha. No obstante, hay algunos cambios muy positivos este año: EEUU ha vuelto a la agenda del clima y su presidente, Joe Biden, ha prometido recortar un 55% las emisiones en 2030 con respecto a 2005. China prometió que en 2060 alcanzará la neutralidad de carbono.

P: ¿Podemos acabar con un mensaje de esperanza frente a las amenazas del cambio climático?

MG: La realidad es que vamos tarde. No obstante, ahora disponemos de nuevas tecnologías y una apuesta global por un Pacto Verde, lo que nos debe permitir ir más rápido y recuperar el tiempo perdido. No podemos volver a perder ni un minuto si queremos lograr los objetivos del Acuerdo de París.

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