Hay marcas comerciales que caen simpáticas, que se han sabido ganar al público. Forman parte de la lista imaginaria de la compra, aquella que se compone por todos aquellos productos que, sí o sí, adquirimos al ir al supermercado y que relacionan la marca comercial con el producto.
En el otro extremo se encuentran el resto, las otras miles de referencias que luchan por hacerse un hueco en el voraz mundo comercial.
Trasladado al estado ecológico de las especies sucede lo mismo. Hay animales que caen simpáticos, que son el foco de los medios, que se llevan recursos, abrazos de reyes y protagonizan series de televisión, películas y anuncios. Y caen bien. Mientras tanto, ¿quién se acuerda del 99,99 % de especies restantes? Pocos, muy pocos.
Aves en peligro de extinción: el oso panda y los gorriones
Si alguien te preguntara ¿qué animal crees que tiene un futuro más incierto, el gorrión o el oso panda?, muy posiblemente la respuesta sería la segunda, y de forma unánime. Sin embargo, la realidad va por otro camino.
Desde finales de junio de 2021, China dejó de considerar oficialmente al oso panda como animal en peligro de extinción, después que la Unión Internacional de Conservación de la Naturaleza (UICN) lo descatalogara de su lista roja.
Como sucede en estas ocasiones, ha sido un combinado de acciones que ha permitido mejorar el futuro de estos animales. Desde una mayor concienciación hasta una ingente cantidad de dinero, pasando por unas penas elevadas por sus capturas y un mercado negro inexistente que espolearía su caza furtiva.
Sin embargo, en el otro extremo se encuentra otra especie más cercana a nosotros y fácilmente reconocible: los gorriones. “Los últimos datos recogidos alertan que en España hemos perdido 30 millones de gorriones en los últimos 10 años.
“Es terrible: cada minuto perdemos seis gorriones”, alertan desde SEO/BirdLife, organización centrada en la conservación de las aves y la biodiversidad en España. Dos especies, dos futuros diferentes.
El Libro Rojo de las Aves 2021
SEO/BirdLife ha publicado recientemente el Libro Rojo de las Aves de España 2021, que analiza el estado actual de la avifauna en España.
Una de las conclusiones que se desprende del estudio es inquietante: el 56 % de las aves analizadas tiene problemas de cara a su preservación y 90 de ellas están amenazadas según la UICN. El análisis ha sido amplio: 622 especies que conforman la Lista de las Aves de España.
La anterior edición de este libro databa de hace 17 años y, comparando ambos documentos, se desprende que la situación no ha mejorado, sino que ha “confirmado que hay un mayor número de especies que se aproximan a las categorías de amenaza”, explica Nicolás López-Jiménez, responsable del Programa de Conservación de Especies de SEO/BirdLife.
Esta nueva edición del Libro Rojo revela, además, que las principales amenazas para las aves son los retos a los que actualmente nos enfrentamos como sociedad.
“Nos encontramos en un momento clave. Debemos compatibilizar la lucha contra el cambio climático con la conservación de la biodiversidad, conseguir sistemas agroalimentarios realmente sostenibles y restaurar hábitats para garantizar el buen funcionamiento de los ecosistemas”, explica Asunción Ruiz, directora ejecutiva de SEO/BirdLife.
Aves en peligro de extinción en España: retos
En general, las amenazas que acaban afectando al estado ecológico de la flora y fauna responden siempre a las mismas causas. Algunas veces por motivos ajenos a la mano humana, como pueden ser eventos geológicos extremos, como el volcán de La Palma, tsunamis o terremotos.
Pero son los menos. De hecho, las amenazas más importantes se centran en la ineficacia o inacción de las Administraciones Públicas, la caza y la pesca furtiva, infraestructuras, alteración de ecosistemas como incendios y, como causa principal, la contaminación.
Grupo de gorriones en el Parque del Retiro, Madrid. Foto: Cédric VT
Las soluciones
Mejorar el estado de conservación de las especies no es algo ni fácil ni rápido. Y al igual que ha sido caso de éxito el oso panda, la solución es múltiple.
Para empezar, se debería reconocer legalmente la necesidad de proteger las especies de aves que están en peligro. “En la actualidad el 70 % de las aves en categoría de amenaza no cuentan con la adecuada cobertura legal”, detalla Asunción Ruiz.
Y así, es difícil proveer de recursos necesarios y articular las correspondientes herramientas para mejorar su situación. Pero la lista no termina ahí: controlar y gestionar especies exóticas, declarar moratorias cinegéticas para las especies con poblaciones en declive, regulación de plaguicidas, incrementar las penas derivadas de la caza furtiva de especies catalogadas, prohibir el plomo en la caza o crear nuevas figuras para mejorar la economía de la denominada España vaciada.
Pero nosotros también podemos aportar nuestro granito de arena. Por ejemplo, interesándonos por aquellas especies que tenemos cerca de casa. Las más habituales como el gorrión común, podrían mejorar su calidad de vida si entre todos ponemos de nuestra parte y respetamos sus espacios y sus formas de vida en la ciudad.
Y tú, ¿crees que existen otras medidas de protección para las aves en peligro de extinción?, ¿qué está en nuestra mano como ciudadanos para favorecer su recuperación? Cuéntanoslo en los comentarios. ¡Te escuchamos!