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¿Cómo combatir la escasez de materias primas y luchar contra el desabastecimiento?

 

A medida que ha ido avanzando la vacunación en España (casi el 80% de la población española ha recibido la pauta completa), se han ido rebajando de forma paulatina las distintas restricciones establecidas para combatir el virus. Obviando el hecho de tener que llevar mascarilla en recintos cerrados, podemos decir que estamos volviendo a lo que antes del 14 de marzo conocíamos como “normalidad”.

Esta vuelta a la cotidianidad de nuestras vidas se ha visto reflejada en el consumo, alcanzando niveles previos al Covid-19 y, en muchos casos, viendo aumentada la demanda de productos como consecuencia del ahorro realizado durante la pandemia.

Se ve una mayor liquidez en el mercado. La gente tiene ganas de gastar y disfrutar de lo que no han podido durante el confinamiento, lo que se traduce en una mayor demanda de productos. Vuelve la actividad económica, pero ¿están listos los mercados para satisfacer nuestras necesidades sin hablar de escasez de materias primas?

 

Desabastecimiento generalizado

Pese a haber dejado atrás la crisis sanitaria, todavía seguimos sufriendo efectos de la pandemia, aunque no precisamente cómo nos lo imaginábamos.

Basta con ir a una tienda a buscar el último modelo del smartphone de tu marca favorita, tratar de comprar un lavavajillas o cambiar de sofá para darse cuenta. Algo está pasando con el abastecimiento de productos y la cadena de suministro.

 

escasez de materias primas en el mundo

 

Los primeros síntomas aparecieron el año pasado, cuando los aficionados a los videojuegos empezaron a tener problemas para encontrar tarjetas gráficas, las tan anunciadas consolas de nueva generación (Xbox y PlayStation 5) no pudieron satisfacer la demanda de pedidos e incluso Apple tuvo que escalonar el lanzamiento de su iPhone.

Poco después salió a la luz que los fabricantes de automóviles se enfrentaban a lo que se bautizó como «el Armagedón de los chips«. El cuello de botella producido como consecuencia de la escasez de chips en el mercado puso de manifiesto nuestra dependencia tecnológica a este tipo de componentes, y la importancia de recursos estratégicos como son las denominadas “tierras raras”.

Si a esta escasez de materias primas y la falta de suministros, le añadimos los atascos del comercio marítimo, la crisis energética, las consecuencias del Brexit en Reino Unido, y en general, una cadena de suministros lastrada por las consecuencias del Covid; tenemos el cóctel perfecto para desencadenar un problema de abastecimiento global sin precedentes. 

Este año más vale que los Reyes Magos y Papa Noel sean previsores porque, a pocas semanas del BlackFriday y con la Navidad a la vuelta de la esquina, los comerciantes ya han advertido de una posible escasez de productos y una subida de precios.

 

¿Qué son las Tierras raras? 

Las tierras raras son 17 elementos químicos que resultan cruciales en el desarrollo tecnológico debido a sus propiedades físicas, destacando su ferromagnetismo, luminiscencia o superconductividad. Se emplean principalmente en la producción de dispositivos electrónicos como teléfonos móviles y pantallas de ordenador, así como en la producción de imanes, aleaciones metálicas, y muchas otras aplicaciones de alta tecnología.

 

extractivismo en tierras raras

Yacimiento de tierras raras en China. Fuente: Shutterstock

 

Se descubrieron a finales del siglo XVIII en forma de minerales oxidados. Pese a ser en realidad metales, se les otorgó el nombre de “tierras” por la terminología inglesa para “mineral” que se empleaba en aquella época.

Pese a su nombre, son más comunes de lo que pensamos, ya que incluso la más escasa se encuentra en una cantidad casi 200 superior a la del oro. Sin embargo, el problema radica en que se encuentran dispersos en pequeñas cantidades.

Los yacimientos con una concentración suficiente para que sea rentable su extracción son escasos y su minería está monopolizada por China, con un 48% de las reservas mundiales. De las 160.000 toneladas de tierras raras que se extraen anualmente en todo el mundo, más del 90% dependen del gigante asiático.

En España, pese a contar con yacimientos interesantes como el del Monte Galiñeiro (Galicia) y el de Ciudad Real (Castilla-La Mancha), no están siendo explotados por el debate ambiental, económico y político que llevan asociados el impacto de este tipo de minería.

 

La Economía Circular como salvavidas ante la escasez de materias primas

El camino hacia la descarbonización para alcanzar la neutralidad climática en Europa va a requerir de una gran cantidad de materiales críticos (los pronósticos de la UE apuntan, por ejemplo, que en 2030 la zona consumirá hasta 18 veces más litio que ahora y 60 veces más en 2050), fundamentales para la tecnología que requiere esta transición verde.

 

escasez de microchips tras pandemia

 

En Europa importamos casi todos los recursos esenciales para el uso de nuevas tecnologías, estando condicionados por países externos como se está viendo ahora con la falta de microchips procedentes del mercado asiático.

Por otro lado, exportamos muchos residuos electrónicos, ya que prácticamente en Europa no existen plantas que recuperen metales críticos debido a su alto grado de complejidad y su elevado coste. La cantidad de estos elementos que se utilizan en cada dispositivo es muy pequeña y con la tecnología actual no resulta rentable.

 

Informe 'Materias primas críticas para tecnologías y sectores estratégicos'

Fuente: Informe ‘Materias primas críticas para tecnologías y sectores estratégicos en la UE’ de la Comisión Europea.

 

El único camino para reducir el consumo de materias primas y la generación de residuos es alargar la vida útil de los productos y el empleo de materias primas secundarias. 

En este asunto el ecodiseño juega un papel fundamental. Los dispositivos electrónicos deben estar diseñados para poder ser reparados, extraer sus componentes con cierta facilidad y poder poner fin al mal de la obsolescencia programada que hemos padecido las últimas décadas. 

Debemos reformular las bases sobre las que se asienta nuestra economía y establecer un modelo de economía circular, en el que los residuos vuelvan a entrar en la cadena productiva como nuevos recursos.

Parece que las grandes corporaciones se han dado cuenta y cada vez son más las iniciativas que persiguen la recuperación, reutilización y reciclaje de materiales. Prueba de ello, es el número de proyectos que han surgido en los últimos años en torno al reciclaje de baterías de los coches eléctricos.

Todavía tenemos mucho camino que recorrer, pero cada vez es más evidente que la próxima revolución será verde.

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