Cuidar la relación entre salud y medioambiente es esencial para evitar miles de muertes al año.
Desde el agua hasta el aire, la naturaleza es esencial para salvaguardar nuestro bienestar. A veces se nos olvida que la naturaleza no solo es algo bonito que nos rodea: es la base de nuestro bienestar. Por ello, si cuidamos el medioambiente también cuidamos nuestra salud. La interconexión es evidente en aspectos tan fundamentales como la calidad del aire que respiramos, el acceso a agua limpia y la biodiversidad que sustenta los ecosistemas. Al proteger nuestro entorno natural, estamos, en realidad, protegiendo nuestro propio bienestar y asegurando un futuro sostenible para las próximas generaciones.
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Un medioambiente enfermo nos vuelve enfermos
El 23% de todas las muertes globales están relacionadas con factores ambientales, según la Organización Mundial de la Salud (OMS). El Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), asegura que la degradación del mundo natural por la actividad humana está provocando una crisis múltiple que afecta tanto al bienestar humano como del planeta.
La deforestación y la degradación de los ecosistemas aumentan la exposición a patógenos y pueden desencadenar enfermedades zoonóticas (originadas en animales que pasan a los seres humanos) como la COVID-19.
La contaminación atmosférica es uno de los mayores riesgos del medioambiente para la salud pública. Cada año mueren unos 7 millones de personas al estar expuestas a partículas finas en el aire, como las PM2,5 que expulsan los vehículos de motor de combustión o diversas actividades industriales, según la OMS. Estas partículas penetran profundamente en los pulmones y el sistema cardiovascular, causando diversas enfermedades graves, como cáncer de pulmón o infartos.
Los entornos naturales dañados están directamente relacionados con diversas afecciones. La falta de acceso a agua potable y saneamiento adecuado es una de las principales causas de enfermedades diarreicas, que matan a un millón y medio de personas cada año, la mayoría menores de cinco años. El dengue, la malaria y el zika son transmitidos por mosquitos que prosperan en zonas con agua en malas condiciones. Con el calentamiento global, además, estas plagas se están expandiendo hacia áreas previamente no afectadas.
Hablando de la crisis climática, sus consecuencias están provocando también el aumento de enfermedades y muertes a nivel global. Fenómenos meteorológicos extremos, como olas de calor, inundaciones y sequías, pueden causar diversos traumatismos y accidentes, enfermedades respiratorias y cardiovasculares, y aumentar la inseguridad alimentaria. La OMS estima que durante la presente década la crisis climática puede causar unas 250.000 muertes. Un informe reciente de la organización Salud por Derecho destaca que, en Europa, entre mayo y septiembre de 2022, se registraron 61.672 muertes relacionadas con el calor, siendo Italia, España y Alemania los países más afectados.
Medidas para mejorar el medioambiente que cuidan nuestra salud
El Acuerdo de París, firmado en 2015, tiene como objetivo frenar el calentamiento global y, por tanto, proteger la salud humana. Según un reciente informe publicado en la revista científica The Lancet Public Health, si se logra el objetivo de dicho Acuerdo, es decir, limitar el aumento de la temperatura global a 1.5°C, se podrían prevenir millones de muertes relacionadas con la contaminación y las olas de calor.
Los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la Agenda 2030 de las Naciones Unidas promueven diversas medidas para mejorar, de manera interrelacionada, el medioambiente y la salud humana.
La OMS aprobó en 2024 una resolución histórica que destaca la necesidad urgente de adoptar medidas decisivas frente a los riesgos para la salud de la crisis climática. En 2022, Naciones Unidas declaró el acceso a un “medioambiente limpio, saludable y sostenible” como un derecho humano universal. Aunque no se trata de una resolución vinculante, sus responsables creen que contribuirá a que los Estados miembros de la ONU impulsen medidas para mejorar el medioambiente y con ello la salud de la ciudadanía.
En España, el Plan Estratégico de Salud y Medioambiente 2022-2026 del Ministerio de Sanidad establece actuaciones para reducir los daños sobre la salud de los principales riesgos de origen medioambiental.
Cómo mejoramos nuestra salud con un medioambiente sano
Iniciativas como la reforestación, la protección de los océanos o la reducción de la contaminación plástica tienen el potencial de mejorar la calidad de vida a nivel global. La transición hacia fuentes de energía renovables, como la solar y la eólica, es una de las medidas básicas que se están tomando a nivel mundial para reducir la contaminación y mitigar los efectos del cambio climático.
Cada vez más ciudades adoptan políticas de movilidad sostenible, promoviendo el uso del transporte público y la bicicleta, y prohibiendo el acceso de los vehículos más contaminantes. Así, además de reducir las emisiones contaminantes, se fomenta estilos de vida más activos y saludables.
Consumir alimentos frescos, locales y de temporada, elaborados de manera respetuosa con el planeta, o evitar los alimentos ultraprocesados, cuya producción genera una gran huella de carbono y un mayor riesgo de obesidad, diabetes tipo 2 y enfermedades cardiovasculares, es esencial para mantener una buena salud física y ambiental.
Vivir cerca de áreas verdes y estar en contacto con la naturaleza pueden reducir significativamente los niveles de estrés, ansiedad y depresión, así como el riesgo de desarrollar trastornos psiquiátricos, según diversos estudios publicados en Environmental Health Perspectives.
¿Eras consciente de la relación tan directa entre el medioambiente y nuestra salud? ¿Vas a hacer algo nuevo a partir de ahora? ¡Cuéntanoslo!