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¿Por qué este verano será el segundo más fresco de tu vida? 

El verano más fresco de tu vida

¿Has disfrutado del que probablemente ha sido el verano más fresco del resto de tu vida?

Acaba el verano y empieza la rutina habitual: cole, trabajo, hábitos, etc. Si hay algo bueno que tiene el fin del verano es que falta menos para el siguiente, a menos que te guste más el invierno. Tiene que haber gente para todo.  

En todo caso, te proponemos que no guardes la toalla y la silla de la playa porque este post te va a subir la temperatura. Hablamos de olas de calor, de cambio climático y de los próximos veranos. 

¿Por qué este verano será el segundo más fresco de tu vida? 

El verano del 2022 fue el más caluroso de la historia de Europa desde que se iniciaron los registros en 1961. Lo que podía ser una anomalía o un hecho excepcional tiene pinta de convertirse en tendencia porque este mismo mes de julio de 2023 ha sido el más caluroso de la Tierra, superando el famoso umbral de seguridad de 1,5ºC extra sobre el nivel preindustrial, cifra que se establece como frontera para limitar efectos devastadores del calentamiento terrestre.

Cada vez es más común ver en el telediario fenómenos climáticos más propios del cine de ficción y es probable que te preguntes qué está pasando. Los efectos climatológicos extremos, como las olas de calor o las lluvias torrenciales, están muchas veces relacionados por el calentamiento global. 

Mapa de riesgo de olas de calor de la Agencia Europea de Medio Ambiente

Olas de calor y cambio climático.

La AEMET define una ola de calor como un episodio de mínimo tres días consecutivos en el que al menos un 10% de las estaciones meteorológicas registran valores por encima de la temperatura umbral.

El calentamiento global aumenta la temperatura y la frecuencia de estos episodios, registrando temperaturas récords superiores a los 45ºC, provocando incendios forestales y muertes por golpes de calor o deshidratación. Como hemos visto en anteriores artículos, las consecuencias del cambio climático son muy variadas e incluso impredecibles. Veamos algunos de sus efectos en diferentes áreas: 

Cómo afecta el cambio climático al ser humano

  • Aumento de la mortalidad y enfermedades relacionadas con el calor en verano.
  • Cambios en el impacto de enfermedades como las transmitidas por portadores (mosquitos, bacterias…), agua o alimentos.
  • Aparición o reaparición de enfermedades animales que aumenten los retos para la salud humana y animal en forma de zoonosis víricas.
  • Riesgos para la salud relacionados con cambios de la calidad del aire.

Consecuencias en la naturaleza

  • Pérdidas considerables en la producción agrícola debido al calor y la sequía, con limitaciones en el riego por la escasez de agua, especialmente en el sur.
  • Sequías, tormentas, incendios, plagas y enfermedades que afectarán la salud de los bosques.
  • Incendios forestales cada vez más agresivos y frecuentes debido a temporadas de calor más largas y extremas.
  • Afectará a la disponibilidad y calidad del agua dulce, con sequías más severas y crecimiento de algas y bacterias tóxicas.
  • Efectos en los océanos, incluyendo aumento de temperaturas, acidificación, cambios en corrientes y patrones eólicos, que alterarán los ecosistemas.
  • Deshielo del permafrost: hay más carbono atrapado en estas tierras que en la atmósfera.

¿Qué podemos hacer para parar el calentamiento global?

Foto de yechan park en Unsplash

Lo importante ahora es no dejarse llevar por el pánico, resignarse ni rendirse, reacciones naturales cuando escuchamos términos como “colapso climático” o “emergencia climática”. No podemos permitir que la situación nos paralice y debemos pasar a la acción siendo parte de la solución. 

El cambio climático ya está entre nosotros, pero todavía tenemos algún margen. «La cantidad de emisiones que lancemos a la atmósfera, cuánto permitamos que se caliente el mundo, será clave para marcar la velocidad del cambio», afirma la científica del clima, Twila Moon.

Entre tu manual de resistencia climática puedes incluir acciones como: 

Consumir conscientemente

Producir y fabricar bienes, alimentos y servicios tiene un gran impacto en el ambiente: generamos CO2 en su producción y transporte, gasto de agua y otros recursos naturales. Elegir reducir nuestro consumo y seleccionar productos que duren más, llevar una alimentación más vegetal y de proximidad o evitar los envases de un solo uso es un buen comienzo.

Usar medios de transporte públicos

Deshacerse de los viajes en coche en solitario puede reducir significativamente tu huella de carbono. Revisa las opciones disponibles en tu zona para tus transportes más frecuentes: autobús, bicicleta, tren… 

Reciclar 

No podía faltar aquí este punto. Separar adecuadamente tus residuos contribuye significativamente a que estos materiales puedan tener una nueva vida. El caso del vidrio es especialmente importante ya que se trata de un material 100% reciclable. Siempre que sea posible haz también la separación de orgánico. La fermentación de restos de comida en los vertederos emite metano.

Cuidar de la naturaleza y educar con conciencia ambiental

Conocer nuestros entornos naturales nos hace ser más conscientes de su valor e implicarnos en su cuidado y protección. La educación ambiental es para grandes y pequeños. Busca talleres en tu zona para aprender más sobre los animales y las plantas autóctonas de tu región. 

Asociarse frente a la emergencia climática

Como individuos y como sociedad tenemos el poder de marcar la diferencia. Al unirnos en un esfuerzo conjunto, podemos enfrentar los desafíos del cambio climático, mitigar sus impactos y construir un futuro habitable. Súmate a alguna organización de tu zona o inicia tu propio colectivo para proponer soluciones y exigir cambios a administraciones y empresas. La colaboración es la clave para superar este desafío global.

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